Hace tiempo, allá por agosto de 200,5 estuve pensando en abrir un blog. Eran esas épocas, ya sabéis: los blogs ya no eran la novedad, pero todavía no habían pasado de moda.
Sabía poco de él: se llamaría “Desde mi roble”, contaría cosas desde mi perspectiva, no mucho más.
Poco a poco fui aclarando mis ideas. Se fueron imponiendo dos perspectivas, dos líneas acerca de lo que quería transmitir en él. Una de ellas vio la luz el 8 de agosto de 2005.
http://desdemiroble.blogspot.com/2005/08/la-semilla.html
La otra comienza hoy.
Esta nueva etapa de Desde mi roble pretende cumplir con una de las ideas fundacionales del Viejo Roble: difundir, compartir y, en cierta medida -hasta lo que me alcance mi habilidad-, explicar aspectos interesantes de la cultura y la política del lugar que me vio nacer y en donde pasé la -todavía hoy- mayor parte de mi vida: el País Vasco.
Hay muchos que ya lo hacen. Tengo pocos motivos para pensar que puedo aportar algo: hay otros que saben más historia vasca que yo, más sobre la historia del euskera (mi título de Filología Vasca no es ninguna garantía para eso, os lo aseguro), más sobre su situación electoral. Y además, desde hace más de una década no vivo allí, con lo que no puedo disfrutar del contacto directo con mis paisanos. Aunque la distancia a veces puede ser útil para distinguir mejor.
En cualquier caso, hablar de temas vascos, ayudar a otros a explicar mi país (y hablaré pronto de lo que significa esta palabra) siempre ha sido una de mis pasiones. Y, dado que hoy por hoy no hay ningún blog que sea obligatorio leer, esto parecería una razón suficiente.
Desde mi roble: desde mi perspectiva, una perspectiva enraizada en esta tierra, pero cuyas ramas se abren al infinito: “eman ta zabaltzazu munduban frutuba”, como cantaba Iparragirre del viejo Árbol de Gernika que, de una manera obvia, pero no conclusiva, inspira éste: “da y extiende tus frutos al mundo”. Desde este nuevo retoño, es nuestra intención.
Ongi etorriak! Bienvenidos!
A ver, a ver qué se cuenta usted por aquí, caballero. Cuidadín que yo sí te sigo desde el País Vasco 😛
Se agradece! Y nada, vigile, vigile 🙂
No quiero presionarte, pero, quiero ver ya una entrada propiamente dicha. Lo cual, desde mi encina andaluza, es una buena sensación.
Espero que mañana mismo. Gracias por la confianza y todo eso 🙂
Pues lo seguiré con agrado e interés. Hay cosas que me intrigan mucho de mis raíces. Genéticamente soy vasco-irlandés con un puntal asturiano y algunas remotas trazas galesas, culturalmente soy un criollo novohispano en toda regla, y hoy por hoy, habito en lo profundo de una Castilla serrana como es Cuenca. Mi tierra, aquella de la que han hablado con orgullo mis ancestros, es el valle de Ayala. Desde el siglo XVI hemos estado yendo y viniendo de la Nueva España, o enrolados en tercios. Son raíces que me producen un gran orgullo. Y mi gente, a pesar de salir tanto, siempre terminaban volviendo. Quisiera que este blog, a su manera, me de claves para mi propio camino de vuelta. Ver esa tierra de la que vengo, y de la que me siento heredero, con una mirada nueva y con esperanza, yendo más allá de las estériles controversias de tópicos. Y ahí donde esté sentir que yo también tengo mi roble – o mi encina – como en el que se reunían mis ancestros delante de la Iglesia de Nuestra Señora de la Encina, en Arceniega. ¡Ánimo!
¡Me ha encantado tu comentario! 🙂 Y espero que esta entrada que acabo de publicar hace un minuto confirme, dentro de mis posibilidades, tus expectativas 🙂 Nos leemos!!!
como me gusta la idea. te sigo, compi.
Por aquí andaremos!