Nociones de euskera – 1

Pensando sobre el objetivo de este blog, me ha parecido curioso no haber escrito aún nada sobre el que quizás es el tema vasco que más interés suscita fuera de Euskal Herria, y que también es, curiosamente, el único del que puedo decir que domino un poco: el euskera.

Así que he decidido empezar lo que, con suerte, acabe siendo una serie de posts para dar a los lectores algunas claves para que les sea más fácil entender el funcionamiento del euskera. No se trata de un curso ni nada parecido, ni pretende ser exhaustivo (sería imposible); simplemente quiere ayudar a que quien no esté familiarizado con esta lengua pueda tener algunas nociones sobre ella, y, a la vez, ayudar a que desaparezcan algunos de los mitos que desde hace siglos corren sobre el euskera.

Para que estas nociones puedan tener un uso práctico, me propongo ejemplificarlas, en la medida de lo posible, con elementos que puedan aparecerse a un no hablante de euskera (ni habitante de esa zona) en su vida cotidiana. El caso más típico serán apellidos; otros pueden ser nombres de empresas, eslóganes, etc.

Sin más, ¡comenzamos!

Empezamos sobre los mitos: el euskera es una lengua extremadamente parecida al español. Esto no quiere decir que sea fácilmente comprensible (obviamente no lo es, pero el francés tampoco, y es una lengua hermana del castellano), ni que sus palabras sean similares (aunque muchas lo son, dado que más de la mitad de las palabras vascas actuales son préstamos latinos y romances), sino que su estructura es similar a la de lenguas como el castellano, el inglés, etc; es una lengua marcadamente europea. Si queréis lenguas «diferentes», id a las semíticas (como el árabe) o las sínicas (como el chino). El euskera emplea sustantivos, verbos y adjetivos, pronombres y conjunciones, cosa que, aunque no lo creáis, no ocurre en todas las lenguas; tiene un «tono» indoeuropeo muy marcado, por los más de 2.000 años de contacto con lenguas de esta rama (aunque en su origen no lo sea); se lee de forma muy similar a como se escribe; etc. Así, con unas pocas ideas (y un diccionario), es muy fácil empezar a interpretar algunos textos sencillos en ella.

Pero hay diferencias, claro. Y hay dos principales, que una vez se entienden son extremadamente clarificadoras.

La primera gran diferencia es el orden de las palabras. Hay cosas que en castellano estamos acostumbrados a verlas en un orden, y que en euskera aparecen en el orden inverso. Un caso típico es el «artículo determinado», que en castellano es «el/la» en «el perro/la casa» (o en inglés «the»). Esta palabra aparece en castellano siempre antes del nombre al que afecta («la casa»). En euskera aparece después: es la terminación «-a»: si «etxe» (pronunciado «eche«) es «casa», «la casa» es «etxea». Esto no es tan inusual: el rumano, por ejemplo (lengua romance hermana del castellano) hace lo mismo.

Esto nos lleva a la segunda gran diferencia: la unión de las palabras. Hay cosas que en castellano se expresan con palabras separadas, y que en euskera se unen en la misma palabra (como hacen lenguas tan distintas como el latín o el finés). Veíamos en el ejemplo anterior que «la casa» era «etxea», y no «etxe a»: el artículo («-a» en singular, «-ak» en plural) va unido a la palabra a la que afecta. «Etxea» es «la casa», y «etxeak» «las casas».

Por eso, cuando veais una palabra suelta en euskera que termina en «-a» o en «-ak», hay muchas probabilidades de que esa «-a» sea la del artículo (a veces hay palabras que sí que terminan originalmente en «-a», pero bueno, se van aprendiendo). Lo que pasa es que el artículo se usa en euskera mucho más que en castellano. Si alguien te pregunta «¿de qué color es esa casa?», tú responderás «roja»; pero si lo preguntas en euskera, se responderá «gorria». La forma habitual de las palabras en euskera cuando van sueltas es con artículo. Así, si ves «gorria», sabrás que la palabra es «rojo» (o «roja»; no hay distinción de género en estos casos). Y si ves «Los euskaldunak hicieron…» sabrás que la palabra es «euskaldun» («vasco»), y que «-ak» marca el plural. ¿Has leído alguna vez en un texto deportivo «los txuriurdinak», para referirse a la Real Sociedad? («blanquiazules») Si sabes que «txuri» (recuerda, pronunciado «churi») significa «blanco», y «urdin» «azul», ahora lo comprenderás.

Como has visto, hemos empezado ya a ver adjetivos. Es importante un detalle sobre el orden de los adjetivos. En castellano, los adjetivos pueden ir antes o después del nombre («la casa roja» y «la roja casa»); aunque tengan matices diferentes, ambas formas son correctas. En inglés sabemos que no es así: el adjetivo siempre tiene que ir antes del nombre. Bien, pues en euskera, el adjetivo siempre tiene que ir después del nombre. Si «berri» es «nuevo», «(la) casa nueva» será «etxe berria». Y si lo juntas para hacer un apellido, tendrás el famoso «Etxeberria».

Y un último comentario. Cuando hay una terminación que afecta a un nombre (en este caso hablamos del artículo «-a», pero veremos que hay otras), se pega al final del nombre. Pero si este nombre va acompañado de un adjetivo (como en «casa nueva»), dado que el adjetivo, como acabamos de ver, va después, la terminación se pega al último adjetivo. O sea, «la casa nueva» no se dice «*etxea berria», ni «etxea berri»: se dice «etxe berria«. Si dijéramos «la casa nueva roja», diriíamos «etxe berri gorria«. La terminación siempre iría, bueno, eso, al final.

Esto sería fácil si «-a» o «-ak» fueran las únicas terminaciones… pero ¡hay más! Bueno, las veremos en un siguiente post.

¿Dudas? ¿Comentarios? ¿Sugerencias?

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8 comentarios en “Nociones de euskera – 1

  1. Reblogueó esto en El Último Íberoy comentado:
    Cuando paseas por el País Vasco y algunas bellísimas zonas de Navarra te encuentras muchos textos en vascuence y siempre te asalta la misma duda ¿qué pondrá ahí? Y, quizá, si tuvieses unas nociones básicas de unas de las lenguas más antiguas del Europa podrías percatarte que algunas de las señales que ves te están indicando una buena sidrería o un restaurante sorprendente. Pues ahora ¡ya no tienes excusa para no adentrarte en esta lengua tan extraña como similar al español!

    Y «Desde mi roble» se ha propuesto que lo hagas de manera sencilla y amena. ¿Te atreves a intentarlo? Venga, yo también me apunto. 🙂

  2. Me encanta la sección; por fin voy a poder iniciarme en la comprensión del euskera sin tener que ponerme a estudiar el nor-nori-nork 🙂

    P.S. Ahora ya se por qué los informativos de la etb se llaman Teleberri 🙂

  3. Pingback: Los reyes y los vascos | Desde mi roble

  4. Pingback: Nombres para un país: Euskal Herria | Desde mi roble

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