Bildu no perdió votos por gobernar (reseña)

Una nota rápida para reseñar un interesantísimo y esclarecedor post de Piedras de Papel: «¿Castigaron los vascos a Bildu por su gestión en el gobierno local?»

La respuesta que dan es que no. Y el método para deducirlo es muy elegante. Ven que Bildu subió votos en muchos municipios en las anteriores elecciones. En algunos de los municipios pasó a gobernar, pero en otros la subida no les llevó al poder. Si su pérdida de votos hubiera estado principalmente debida al desgaste de la acción de gobierno, como muchos comentaristas dijimos, sólo habrían bajado en los municipios que gobernaban, manteniéndose o subiendo en los que no. Pero la bajada de votos ha sido similar en todos los municipios en los que previamente habían subido, gobernaran o no, por lo que su causa debe buscarse en otros factores. Un gran trabajo.

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Topónimos vasco-latinos

Otro de los debates recurrentes cuando se habla de historia vasca es el de la romanización. En concreto, un mito muy extendido es el que se podría resumir con la frase «A Euskadi nunca llegaron los romanos», o «los vascos nunca fueron romanizados». Antes se defendía esta idea aludiendo a una supuesta independencia conseguida por medio de la lucha contra Roma. Actualmente es más escuchado un argumento más cercano a la realidad: a Roma no le interesaban nada estas tierras del norte, por lo que las ignoró, y de ahí el bajo grado de romanización.

Aunque es cierto que éstas no eran tierras demasiado útiles para la cultura mediterránea romana, no por ello el argumento es cierto, y existen un buen número de argumentos para refutarlo, que se podrán listar en otro momento. La realidad es que el País Vasco fue tan romanizado como todas las tierras de alrededor (algunas de ellas igual de «norteñas» y poco útiles), en todo excepto en la lengua (y sí, esto es una anomalía que no se ha explicado suficientemente).

Sólo quiero dar hoy un argumento para demostrar la profunda romanización de la zona de habla vasca: la toponimia. Un gran número de pueblos, algunos de ellos de porcentajes de habla vasca altísimos, tienen como nombre topónimos latinos evolucionados después en el euskera, siguiendo las reglas de la derivación de palabras latinas en este idioma.

Voy a dar simplemente una muestra de diez topónimos vascos muy conocidos que han sido interpretados a partir del latín. Hay que notar que los argumentos filológicos no son siempre concluyentes, y que alguna de estas interpretaciones puede discutirse. Pero me parece una buena muestra de lo profundo que caló la romanización en estas tierras.

  • LAUDIO/LLODIO. Este pueblo de Álava, muy cercano a Bilbao, muestra en su doble forma vasca (Laudio) y romance (Llodio) su origen común: CLAUDIO. En euskera, el grupo consonántico latino inicial CL se convierte en L (ECCLESIAM > eleiza), mientras que en castellano da LL (CLAVEM > llave), y como es bien sabido, el diptongo AU da O (TAURUM > toro). La etimología presenta algunas dudas (podría ser CLAUDIANUM, dado que sabemos que Ochandiano dio en euskera Otxandio; y además, CLAUDIO en castellano hubiera debido dar *loyo), pero el origen latino es claro.
  • BERMEO. La voz latina VERMICULUM, «de color rojo», dio lugar a formas del tipo «bermello» o «bermeyo» en las lenguas romances («bermejo» en castellano actual). En los documentos más antiguos de esta villa de Bizkaia su nombre aparece como Bermeio y Vermelio, que pueden relacionarse sin problemas con aquella.
  • MAÑARIA. Parece clara la procedencia latina del nombre de esta población vizcaina: BALNEARIAM (la B- latina da M- en varios casos en euskera, como BACILLUM > makil). Se trataría de una forma a mitad de camino entre la original latina y el castellano «bañera», «zona de baños» (en su término se encuentran varios manantiales ferruginosos y sulfurosos), y tendría varios paralelos en otros pueblos vascos, como Mañueta o Mañeru (aunque para Mañeru se han sugerido otros orígenes, si bien todos latinos).
  • LEKEITIO. Habitualmente se hace derivar su nombre del del río Lea, pero con muchas dificultades. Alfontso Irigoien propuso una etimología latina que no presenta problemas materiales: el nombre de persona NICETIUM; la N- inicial da en ocasiones L- en euskera (NUMERUM > lumero), y la -C- latina mantiene su carácter oclusivo (PACEM > pake), siendo la posible secuencia NICETIU > *neketio > *nekeitio > lekeitio.
  • FORUA. Parece obvia la procedencia latina del nombre de esta población: FORUM. Se sabe de hecho que se construyó sobre un poblado romano del siglo I.
  • ARAKIL. El nombre de este municipio navarro deriva directamente de una mansio Aracaeli, nombrada en el itinerario de Antonino como una población situada poco después de PAMPELONE. Caro Baroja ha supuesto que el nombre original fuera Ara Coeli, «Altar del Cielo», haciendo referencia a la cercana Sierra de Aralar. Edito: como nos recuerda un comentarista, se ha ligado a Arakil (y a una población de la Ribera del Ebro, Araciel) con el antropónimo ARACILLUS, de origen céltico.
  • LEIRE. Se ha especulado mucho con el nombre que da lugar a este monasterio navarro. Antiguamente se documenta con variadas formas, como LEIOAR, LIGOAR, LEIER, y se ha especulado con que provenga de un antiguo nombre de persona LEGIONARIUM
  • GETARIA. Se ha especulado que tanto la Getaria guipuzcoana como la vascofrancesa pueden provenir de la voz latina CETARIA, «venta de peces», (palabra relacionada con el actual «cetáceo»), con la sonorización típica del paso de términos latinos al euskera (como TEMPORA > denbora).
  • ZALDONDO/ZALDUENDO. Pese a su apariencia vasca, el nombre de este municipio alavés proviene de una importante palabra latina, SALTUS, «región forestal, bosque, selva». La evolución fonética es clara (S- > Z- como en SUCUM > ZUKU, y LT > LD como en ALTAREM > aldare), y la palabra en sí es importante en la historia vasca: Plinio el Viejo, al describir el territorio de los vascones, diferenciaba el sur cultivable, AGER VASCONUM, y el norte boscoso, SALTUS VASCONUM.
  • DURANGO. Entre las variadas hipótesis para este nombre (y su variante antigua «Duranco») sobresale la que sugirió Julio Caro Baroja: DURANICUM, posesión de un tal DURANIUS (de donde vendría también el pueblo de Durana en Álava, por ejemplo).

No quiere decirse, obviamente, que toda la toponimia vasca sea de este estilo, ni mucho menos. Estos ejemplos no dejan de ser minoritarios, pero sí son al menos sintomáticos de una realidad indubitable: la de la profunda -excepto, como se ha dicho, en la lengua- romanización del País Vasco, romanización que lo igualó a sus tierras vecinas y lo integró dentro de la que quizás fue la mayor corriente de civilización de la historia.

Nota rápida sobre el último escaño en Álava

Como sabéis, el método D’Hondt es una forma de asignar los escaños a partir de los votos recibidos por cada partido. En este método, cuando quedan por escrutarse unos pocos votos, hay que mirar al último escaño de la circunscripción, porque unos pocos votos de más podrían asignárselo a un partido distinto.

En este caso, en las elecciones de ayer el último escaño de Álava fue a parar al PSE; pero como se puede ver en la página web dispuesta por el Gobierno Vasco, al 100% escrutado y a falta del voto exterior, si el PNV obtuviera 338 votos más que el PSE, le arrebataría este escaño.

Como decimos, ese cambio podría ocurrirse al contabilizar el voto de los residentes en el extranjero (voto CERA). Pero en 2009 en Álava sólo hubo 436 votos llegados por este procedimiento, de manera que es muy difícil que se dé este vuelco. Pero habrá que ir actualizando esta información según sepamos más datos.

10 respuestas sobre estas elecciones vascas

A pocas décimas por recontar del resultado electoral, las respuestas a las 10 preguntas que realizaba en el anterior post están ya respondidas:

  1. ¿Ganará el PNV? Sí, ha ganado y claramente. Pese a que los primeros sondeos sembraban incertidumbre, finalmente han ganado a Bildu por 6 escaños y más de 9 puntos de diferencia. Íñigo Urkullu será lehendakari (no es que hubiera dudas, claro).
  2. ¿Ganará EH Bildu? No ha ganado. Y además, el PNV ha empatado con ellos en escaños en Gipuzkoa, y se ha quedado a 500 votos. Ha sido un gran resultado, pero sólo un escaño más de la suma de EH y EA en 1998, y muy lejos de los 26 de 1986. El tener que gobernar les ha pasado factura, pero aún así pueden estar contentos. ¿Hará algo ETA a partir de aquí?
  3. ¿El PSE perderá o se desplomará? Decíamos que «la pregunta es si perderá 6 o 14 escaños de sus 25». Ha perdido 9, con lo que no ha sido una debacle. Mi impresión es que Patxi López es mejor candidato que gobernante, y creo que eso ha tenido algo que ver. Está en buena situación para un nuevo bipartito con el PNV.
  4. ¿Será el PP decisivo? Por ahora no: en este momento están a un escaño de poder sacar adelante iniciativas sin la abstención de alguna otra fuerza. Pero el último escaño por Álava está a 400 votos de caer del lado del PNV quitándoselo al PSE, y si ocurriera, esa opción volvería a estar abierta. No es un mal resultado de Basagoiti, viendo lo difícil que lo tenían. Ahora pueden intentar presentarse como la oposición «constitucionalista» principal.
  5. ¿Aguantará Izquierda Unida? No ha aguantado. Ni IU ni EB; ambos han perdido, se han quedado sin escaño, y Mikel Arana, coordinador de Ezker Anitza, ya ha presentado su dimisión. Los tiros en el pie no salen gratis.
  6. ¿Continuará UPyD? Continuará. Gorka Maneiro seguirá ofreciendo un discurso muy distinto al del resto de partidos. Habrá que ver cómo gestiona el PP esa referencia, que seguirá causándole problemas.
  7. ¿Aumentará la participación? Lo ha hecho, pero muy poco: un punto menos de abstención, 34,17% frente al 35,32% de 2009. Sorpresa relativa.
  8. ¿Se votará con normalidad? Efectivamente, exceptuando el lamentable acoso a Patxi López, el resto de la jornada ha transcurrido con normalidad; ni siquiera los casos aislados de colegios electorales bloqueados con silicona que otras veces ocurrían. Ojalá se mantenga esta tendencia. Una Euskadi normalizada, pese a que las aspiraciones políticas de cada uno no estén satisfechas, sería una verdadera alegría para todos.
  9. ¿Qué opciones de gobierno quedarán abiertas? Siguen todas abiertas, pero Urkullu en su intervención ha hablado de un «gobierno sólido»; en este momento apostaría por un gobierno estable PNV-PSE.
  10. Y ¿quién de los participantes ha ganado la Porra Electoral Vasca? Absolutamente nadie. Sólo 8 personas acertaron los escaños del PNV, 5 los de Bildu, 3 los del PSE, y 5 los del PP, de 30 participantes. Era lo esperable; ninguna encuesta se ha acercado demasiado a los resultados.

A partir de aquí, a no ser que los 400 votos «colgantes» de Álava cambien algo cuando se escrute el voto exterior, el único debate importante que quedará será la formación de gobierno. Veremos si en este caso sí se cumplen las previsiones.

10 preguntas sobre estas elecciones vascas

Finalmente hoy se está votando por el Parlamento de la Comunidad Autónoma Vasca. Se ha hablado de un «tiempo nuevo»: las primeras elecciones tras el cese armado «definitivo» de ETA, y las primeras tras un gobierno no presidido por el PNV. Aunque las encuestas parecen coincidir en las líneas esenciales de los resultados, quedan en el aire varias preguntas que se comenzarán a responder a partir de las 21:00 de hoy, y que intentaré ir trasladando en el Roble. Aparte de los medios habituales, os sugiero otros dos para ir siguiendo la actualidad de las elecciones: durante todo el día, la cuenta Twitter del periodista José Manuel Rodríguez; y a partir de las 20:30, la tertulia política que realizarán en Politikon.

Veamos cómo el electorado vasco responde a estas preguntas:

  1. ¿Ganará el PNV? Todas las encuestas parecen indicar que se repetirá en estas elecciones el mismo vencedor que en todas las de la historia excepto en 1986, donde el PSE le aventajó en 2 escaños, tras su escisión (aunque en votos sí venció el PNV, y en cualquier caso, mantuvieron la lehendakaritza). En este caso quien podría arrebatarles el puesto es EH Bildu, aunque parece poco probable.
  2. ¿Ganará EH Bildu? Hoy Escolar especulaba con una posible victoria de Bildu que no están presagiando las encuestas. Es complejo. Es verdad que la «izquierda abertzale» va a obtener el mejor resultado de su historia (nunca ha superado los 14 escaños, y hoy podría estar por encima de los 22). Mucha gente que no les votaba por un impedimento moral claro (el terrorismo de ETA) se siente libre de hacerlo ahora; han unido fuerzas con Aralar, EA y Alternatiba; el mero hecho de que varios partidos se coaliguen normalmente atrae a afines de la abstención; en fin, la fuerza de la marea está con ellos.
  3. ¿El PSE perderá o se desplomará? La pregunta no es si el PSE perderá, sino de cuánto. A pesar de que ha hecho una campaña inteligente, Patxi López ha dado una mala imagen durante su mandato; ni ha conseguido granjearse apoyos entre el nacionalismo, ni ha sido visto como lo bastante duro por quienes esperaban un cambio radical; votantes socialistas históricos se han indignado por su pacto con el PP, y votantes neutrales piensan que su gestión económica ha sido mala. La pregunta es si perderá 6 o 14 escaños de sus 25.
  4. ¿Será el PP decisivo? Tras una legislatura en la que Basagoiti había ido dando pasos de acercamiento hacia el PNV, la campaña electoral le ha situado de nuevo en un discurso claro de confrontación, en parte para capitalizar el descontento de ese lado del PSE, en parte para evitar la fuga de votos hacia UPyD causada por episodios como el «caso Bolinaga». Pero el contexto está contra él: sigue siendo «el partido de Rajoy», con el perjuicio de imagen que ello conlleva en la situación económica actual. Pueden perder 3 o 4 escaños, pero su apuesta es otra: ¿sumarán 37 escaños junto al PNV, de manera que puedan ser una alternativa que permita al partido nacionalista tener una opción más para sacar adelante medidas económicas? Curiosamente, cuantos más escaños saque el PNV esta vez, mejor será para las perspectivas del PP.
  5. ¿Aguantará Izquierda Unida? Como bien sabe el PNV, no hay mejor forma para asegurarte un desastre electoral que una escisión. Cuando además se parte de una situación mala (Ezker Batua sacó un único escaño en 2009), las posibilidades de desaparecer son grandes. Javier Madrazo ha escindido este año Ezker Batua («Izquierda Unida» en euskera) de la propia Izquierda Unida, que ha tenido que presentarse como Ezker Anitza («Izquierda Plural»). Ni siquiera las causas de esta ruptura son muy claras. Las encuestas aún así predicen que mantendrán el escaño, pero que se lo llevará Ezker Anitza. Y eso que ésta era una oportunidad inmejorable para que IU capitalizara mucho del voto descontento del PSE.
  6. ¿Continuará UPyD? Muchos auguraban que el paso de UPyD por el Parlamento Vasco iba a ser efímero; sin embargo, las encuestas coinciden en mantener a Gorka Maneiro en su escaño. Si bien UPyD recibe en general voto de dos grandes (y muy distintos) bloques de votantes (los que quieren una línea dura contra el nacionalismo, y los que quieren una «regeneración democrática» en los partidos), en la CAV parecen nutrirse sobre todo del primer bloque, que esta vez ha disputado fuermente el PP pero sólo a última hora. Algunos sugieren incluso un segundo escaño, que veo muy improbable.
  7. ¿Aumentará la participación? La sensación general era que sí. EH Bildu iba a recuperar a muchos votantes nacionalistas de la abstención; el PNV iba a movilizar hasta a su último elector para curar la herida de las anteriores elecciones; los otros partidos se iban a esforzar para evitar una hegemonía nacionalista absoluta. Pero el dato de participación de las 12:00 es de 2,4 puntos menos que en 2009. Algunos lo achacan a la lluvia, pero parece raro que éste sea en Euskadi un factor tan decisivo (aparte, en 2009 hubo también mal tiempo).
  8. ¿Se votará con normalidad? «La jornada transcurrió sin incidentes reseñables» es una frase hecha que intenta aplicarse cada vez que hay jornada electoral. El cese de ETA debería haber contribuido a ello, pero parece que sigue sin ser el caso. Varios manifestantes a favor de los presos de ETA han acosado a Patxi López cuando éste se disponía a depositar su voto. Este tipo de actos sirve como recordatorio de que, lamentablemente, queda aún mucho camino para llegar a la normalidad; no todo se acaba con ETA.
  9. ¿Qué opciones de gobierno quedarán abiertas? Eliminada la posibilidad de ninguna mayoría absoluta, y descartada por imposible políticamente (al menos en la actualidad) una alianza PSE-Bildu, las opciones básicamente son 2: o una coalición de gobierno estable (que podría ser PNV-PSE, un clásico en el Gobierno Vasco, o PNV-Bildu) o un gobierno del PNV en minoría. Pero si sólo alcanzaran mayorías con PSE y con Bildu, el PNV tendría un problema: ambos partidos le presionarían para obtener máximos réditos, sabiendo que el PNV estaría obligado a elegir entre uno u otro. Si la suma de PNV y PP también diera 38 escaños, las opciones quedarían mucho más abiertas. Y sobre PNV-Bildu, al le sigue interesando marcar diferencias con un socio «más nacionalista» que él, pero que aún no se ha alejado del todo de un pasado de violencia. Por eso yo apuesto por gobierno PNV-PSE sólo en caso de que PNV-PP no llegue a la mayoría absoluta (y, por supuesto, con un Patxi López lejos del País Vasco, que será condición indubitable del PNV para dicho pacto).
  10. Y, para relajar un poco, la gran pregunta: ¿quién de los participantes habrá ganado la Porra Electoral Vasca? ¡Mucha suerte a todos!

Seguiremos informando a lo largo del día, por aquí, y más informalmente, por mi cuenta de Twitter.

Edición 18:08: Los datos de participación a las 17:00 son de 47.21%. La distancia se reduce: sólo un punto por debajo de 2009 o 2005, peor que 1998 y 2001, pero mejor que 1990 y 1994. Los resultados por territorios son dispares: en Gipuzkoa aumenta casi un punto, mientras que en Bizkaia disminuye tres. Esto parecería indicar un mejor resultado de Bildu frente al PNV (o bien una muy gran caída del PSE), pero estas hipótesis siguen siendo un tanto vanas. Esperamos al dato de participación de las 19:00.

Edición 20:20: Primer sondeo, de la ETB. Grandes horquillas, resultados poco significativos, pero curiosos: las horquillas de PNV y Bildu casi se solapan, lo que supondría unos grandes resultados de estos últimos; el PSE confirmaría su desplome (podría perder más de 10 escaños), y no se confirmarían los escaños ni de IU ni de UPyD. Y el PP no perdería tanto, pero necesitarían que tanto PNV como ellos estuvieran en la parte más alta de la horquilla para poder ser alternativa. Poco más se puede decir por ahora.

Edición 21:13: Casi al 50% escrutado, PNV 27, Bildu 21, PSE 16, PP 10, UPyD 1. Una ventaja razonable del PNV frente a Bildu, la opción PNV-PP estaría cerca (a un escaño), el desplome del PSE no sería tan malo como podría haber sido, el tiro en el pie de Izquierda Unida obtiene el efecto completo, y UPyD salvaría su escaño. Es improbable que los resultados cambien mucho a partir de aquí.

La «mayoría natural» vasca

Durante el Aberri Eguna de 2009, el entonces lehendakari Ibarretxe afirmó que el PNV era la «Mayoría natural» vasca, y que el País Vasco era mayoritariamente nacionalista. Es curioso que el concepto había sido acuñado originalmente por Manuel Fraga tras la descomposición de UCD, refiriéndose a una supuesta mayoría de centroderecha entre los ciudadanos españoles.

En cualquier caso, la pregunta subyacente es ¿es cierto que el País Vasco es «mayoritariamente nacionalista»? ¿Se puede afirmar eso a tenor de los resultados de las elecciones? Si hablamos de la Comunidad Autónoma Vasca y de las elecciones al Parlamento Vasco (todos los resultados históricos de elecciones en la CAV están disponibles para consulta), la respuesta es claramente un «sí».

Como ya hice en un anterior post, he clasificado en el eje nacionalista vasco/no nacionalista vasco a los partidos que han conseguido algún escaño históricamente así: nacionalistas (PNV, HB con sus distintas denominaciones, EE, EA, Aralar) y no nacionalistas (PSE, AP/PP, UCD y CDS, PC/EB, UA, UPyD).

En las primeras elecciones realizadas en 1980 el resultado fue claro: 70% de los entonces 60 escaños fueron para partidos nacionalistas. Podría pensarse en un «efecto rebote» derivado de la transición. Pero las tres elecciones siguientes mantuvieron esa misma tendencia: 65% en 1984, 69% en 1986 y 69% en 1990.

En la década de los 90 se mantuvo la supremacía nacionalista en escaños, pero se fue atenuando progresivamente: 55% en 1994 y 1998, 53% en 2001, y 52% en 2005. La tendencia a la baja era clara: el nacionalismo llevaba camino de perder esa mayoría en escaños que siempre había tenido en el Parlamento Vasco.

De hecho la perdió en 2009, con el 47% de los escaños, pero a estas elecciones no pudo concurrir ninguna denominación del HB original que llamó al voto nulo (y en efecto, éste subió del 0,79% de las elecciones anteriores al 7,79% en éstas).

Mañana se celebran unas nuevas elecciones, y pronto veremos cuál es el siguiente resultado de la serie. Pero las previsiones parecen apuntar a un nuevo repunte del nacionalismo. Aparte de lo que dicen las encuestas, hemos hecho entre unos amigos (más a modo de divertimento que otra cosa) una Porra Electoral Vasca en la que han participado unas 30 personas y cuyo resultado medio ha sido de PNV 28, Bildu 22, PSE 14, PP 9, IU 1, UPyD 1: 67% de escaños para el nacionalismo, rompiendo así de manera muy clara la tendencia que existía desde 1986. Otra porra, creada por Politikon, devuelve resultados similares, previendo para el nacionalismo un 65%.

Ahora bien, la existencia de esta mayoría es un simple dato, y no significa que exista una «exigencia democrática» a que gobierne un partido nacionalista. Se ha argumentado, por ejemplo, que una coalición transversal entre nacionalistas y no nacionalistas aglutinaría mejor la opinión de la mayoría de los vascos. No veo mucho sentido a entrar en ese debate: el gobierno será de quien consiga una mayoría suficiente a partir de los resultados de las urnas. Y eso lo veremos mañana.


Tres notas adicionales. He escogido las elecciones al Parlamento Vasco por parecerme las que mejor correspondían a la intención de los vascos sobre su propia colectividad, dado que las elecciones al Congreso de los Diputados están muchas veces influidas por otros factores. Es cierto que estas elecciones recogen resultados diferentes a los dados aquí: entre 1993 y 2004 los nacionalistas sólo obtvieron el 42% de los escaños, oscilando el resto de años entre el 52% y el 62%.

Por otra parte, obviamente esta «sensibilidad mayoritaria» traducida en escaños es únicamente sensible en la Comunidad Autónoma Vasca; los resultados en Navarra y el País Vasco-Francés (o Iparralde) dan un resultado claramente minoritario para el nacionalismo y empujarían sus cifras hacia abajo.

Y por último, sabemos que en la CAV el reparto de escaños no se corresponde con el voto popular dado que cada uno de los territorios tiene el mismo número de escaños (25 en la actualidad) a pesar de haber grandes diferencias de población entre ellos. Un cálculo por voto popular podría dar cambios importantes; intentaré hacerlo en algún momento.

Julio Caro Baroja: Ritos y mitos equívocos

Tener un blog también sirve de excusa. Por ejemplo, todos esos libros que uno ha anotado mentalmente para adquirir, pero que aún no se ha animado a comprar por distintas razones, cobran una nueva luz cuando se plantea «Uy, lo bien que me vendrá este libro para contar tal o cual cosa en el blog… Sí, sí, claramente es necesario».

Eso es lo que me ha pasado con este libro: Ritos y mitos equívocos, de mi idolatrado Julio Caro Baroja (Ediciones Istmo, 1989, Madrid); como dice la contraportada, «una lúcida exégesis de algunos ritos y mitos del folklore español, hallando a veces sorprendentes similitudes con creencias y prácticas de la antigüedad clásica».

Un vistazo a su índice ya nos promete cosas interesantísimas como:

  • Danzas agrarias (vasco-navarras) y ritos oscuros
  • La leyenda de don Teodosio de Goñi
  • Arquetipos y modelos en la historia de la brujería
  • Sobre el árbol de Guernica y otros árboles con significado jurídico y político

No se trata de que las interpretaciones de Caro Baroja siempre sean correctas; por ejemplo, una de las más inspiradoras que tuvo, la que trazaba el origen de los dialectos vascos actuales en las tribus prerromanas, ya ha sido descartada por otros datos. Pero sí que es capaz de analizar de una forma extremadamente lúcida hechos culturales (tradicionales) actuales, y combinar su conocimiento de la tradición con una gran erudición clásica, demostrándonos en multitud de ocasiones que el pueblo vasco nunca ha estado aislado de la corriente romanizadora, sino más bien al contrario.

Les iré contando, no lo duden.

Partidos vascos: hacia las cuatro patas

Escuché hace tiempo una hipótesis: el sistema de partidos vascos tendía a consolidarse en un esquema simple de «cuatro patas», siguiendo los dos ejes básicos de nuestra política: nacionalismo (vasco) frente a no nacionalismo, e izquierda/centroizquierda frente a derecha/centroderecha. Si este esquema no se cumplía era en gran parte por el efecto distorsionador de ETA, pero una vez superado (al menos a efectos electorales) este factor, se vería una tendencia hacia esta situación.

Mi impresión es que nos estamos acercando a ello. Para ver cuál ha sido la evolución del sistema de partidos vascos durante estos años he recopilado los datos de partidos y escaños en las elecciones al Parlamento Vasco desde 1980.

Ha habido 9 elecciones al Parlamento Vasco. En 6 de ellas han conseguido escaño 7 partidos (curiosamente, excepto 1994 y 1998, en ningún otro año se han repetido los mismos partidos). Por el lado «nacionalista» se ha oscilado entre 3 y 4 partidos: el PNV (con su escisión EA), Euskadiko Ezkerra (hasta su absorción por el PSE), y HB/EH/EHAK (con su escisión Aralar). El lado «no nacionalista» (permítaseme esta denominación) ha tenido más movilidad: desde sólo 2 partidos (PSE y AP/PP) hasta 4, incluyendo a UCD/CDS, UA (la escisión regionalista alavesa del PP), PC/Ezker Batua (lo sitúo en el «lado no nacionalista» con dudas) y UPyD.

El otro eje ha variado también bastante: de 3 a 5 partidos que se reconocían en las izquierdas, entre una amplia variedad: HB/EH/EHAK, PSE, EE, Aralar, PC/EB y UPyD (incluyo también a EA aquí, por su tendencia socialdemócrata), y sólo de 2 a 3 más orientados hacia la derecha o centroderecha, entre PNV, AP/PP, UA y UCD/CDS (aunque éstos nominalmente se definieran como «centro»).

Como decía, ETA ha sido claramente un factor distorsionador. Han existido en varias ocasiones dos partidos nacionalistas de izquierdas, dado que EE o Aralar no podían integrarse en HB mientras ETA siguiera atentando. La situación de violencia traía consigo además un agudizamiento de posturas que, en mi opinión, no es descabellado asociar a la eclosión de UA o al cierto éxito actual de UPyD.

¿Qué ha ocurrido en estos últimos años? EE, que había tenido un número de escaños constante entre 6 y 9, decidió integrarse en el PSE. Los partidos de centro desaparecieron; el PNV fue recuperando el voto de su escisión EA, hasta que el cese de la violencia de ETA y la legalización de Bildu le permitieron aglutinar tanto a EA como a la escisión tardía Aralar (y a otros partidos extraparlamentarios). Y por último, IU/EB ha sufrido una escisión causada (como ya ocurrió en EE con Euskal Ezkerra, EuE) por la tensión entre nacionalistas y no nacionalistas en su seno.

Y, si el resultado acaba siendo el que parecen marcar las encuestas, nos acercamos ya mucho a este esquema de «cuatro patas». El PNV se consolida como única fuerza nacionalista de centroderecha, con Bildu aglutinando casi todo el voto nacionalista de izquierdas. El PP consolida el voto de centroderecha no nacionalista, mientras que en la esquina del PSE hay sólo dos excepciones, ambas muy minoritarias: IU y UPyD.

Salvo estas dos excepciones (que ya veremos si son resistentes o efímeras), el sistema vasco parece consolidarse en estos dos ejes; «normalizarse», me atrevería a decir. Y una vez pase el tiempo suficiente para borrar los efectos electorales de ETA, veremos más opciones de pactos que las que hemos visto hasta ahora (PNV-Bildu, PSE-Bildu, e incluso PNV-PP). El primer paso hacia esto será el 21 de octubre; veremos si no estamos desencaminados.

¿Traducir los topónimos?

Cuando comencé a escribir este blog, ya en el segundo post me encontré con una importante disyuntiva: ¿debía escribir “árbol de Guernica” o “árbol de Gernika”? Tomé una decisión para ese caso, pero me di cuenta de que no tenía claros los motivos, y no era capaz de fundamentar esa decisión. Por eso decidí intentar recopilar los argumentos que suelen utilizarse para defender la opción de, al escribir en castellano, traducir o no los topónimos surgidos originalmente en otra lengua (los llamados exotopónimos o exónimos).

Aunque este debate tenga una incidencia especial en España por razones obvias, es de índole mundial: tiene incluso su propio grupo de expertos en la ONU, la UNGEGN, que convoca cada cinco años una Conferencia Internacional sobre el particular, la United Nations Conferences on the Standardization of Geographical Names (UNCSGN).

Voy a tratar de esquematizar aquí las distintas respuestas que se han dado a esta cuestión (en su muy variada casuística), aplicarla después al caso vasco, y explicar finalmente cuál es las decisión que finalmente he tomado y en qué la baso.

Me ocuparé únicamente de los nombres de lugar creados originalmente en otra lengua que emplee el alfabeto latino (para evitar la compleja problemática de la transliteración y dado que, obviamente, no va a afectar al caso vasco).

Los exotopónimos que entran en el uso cotidiano de la lengua castellana pueden ser de varios tipos (los iré mencionando con una nomenclatura del estilo de Exo1, Exo2.1, etc):

  • Exo 1: Topónimos que nunca han tenido una versión en castellano. Obviamente se mantiene la versión original: Washington, Aalborg, Guimarães.
    • La ONU aconseja mantener en estos casos los dignos diacríticos (tildes, diéresis…) que aparezcan en las formas originales.
    • Aunque existen idiomas (letón, lituano, turco…) que adaptan  incluso estos nombres a la escritura propia, en la línea de lo que la Real Academia del Español actualmente está haciendo con los préstamos lingüísticos.
  • Exo 2:Topónimos que en algún momento han tenido una versión en castellano. Se dividen en:
    • Exo 2.1: Topónimos cuya forma en castellano ya no es habitual hoy día. El uso normal en castellano es mantener la versión original: Ankara (pese a haberse usado Angora), Maastricht (Mastrique), Canterbury (Cantuaria) o Toulouse (Tolosa).
      • En este caso el problema es que la apreciación de si una forma es ya o no “habitual” es subjetiva. Google da un millón de páginas en español para Gotemburgo, y millón y medio para Göteborg, por ejemplo. Pero al menos el criterio sirve como referencia.
  • Exo 2.2: Topónimos cuya forma en castellano es la habitual hoy en día. El uso normal en castellano es emplear la forma castellana: Londres (London), Luxemburgo (Lëtzebuerg), Colonia (Köln).
    • Hay que recordar, no obstante, que la ONU, en sus distintas conferencias, anima a la progresiva desaparición del uso de exónimos propios de cada lengua (y al uso general de las formas originales en todos los casos), sus expertos reconocen también que se trata de un objetivo muy difícil de lograr.
    • Exo 2.2.2: Aquí nos encontramos con una excepción. Desde el siglo XX hubo varios países que establecieron una forma oficial y solicitaron a la comunidad internacional que, en lugar de emplear sus distintos exónimos, unificaran el uso en esa forma. Ha existido en estos casos una tendencia crecente a mantener la forma original: Irán (desechando la forma tradicional en castellano Persia), Myanmar (Birmania, aunque nos aclaran en los comentarios que se trata de un caso especial), o Beijing (pese a que el uso aún oscila entre ésta y Pekín). Aunque es verdad que a veces se han adaptado estos topónimos, como Thailand (por el antiguo Siam), que en castellano se ha adoptado como Tailandia, y que en cualquier caso, organizaciones como la Agencia EFE han rechazado esta tendencia.

¿Cómo afecta todo esto a todo esto a los topónimos vascos? Veamos si podemos emplear este mismo esquema a ejemplos vernáculos del País Vasco:

  • Exo 1: Topónimos que nunca han tenido una versión en castellano. Esta situación no ocurre en ninguna de las provincias de habla vasca en España, debido a que durante los últimos siglos la única lengua oficial que ha existido en ellas ha sido el castellano, por lo que todos sus topónimos de una cierta entidad han adquirido versión en este idioma.
  • Exo 2:Topónimos que en algún momento han tenido una versión en castellano. Se dividen en:
    • Exo 2.1: Topónimos cuya forma en castellano ya no es habitual hoy día. Este caso es bastante común: son ya de uso cada vez más restringido formas como Baquio frente a Bakio (75.000 resultados en páginas en español en Google frente a 4 millones). Lo mismo Guecho y Getxo, Marquina-Jeméin y Markina-Xemein, etc. En cualquier caso, como decimos, ser o no de “uso común”, excepto en casos extremos, es ciertamente subjetivo; y para añadir complejidad, hay formas que se mantienen en uso fuera de la propia zona vasca pero que han desaparecido del uso dentro de ella.
    • Exo 2.2: Topónimos cuya forma en castellano es extremadamente habitual hoy en día. Hay casos innegables, como Vizcaya, San Sebastián, etc. En estos casos parecería de rigor emplear estas formas de manera habitual. Pero recordemos:
      • Exo 2.2.2: Muchas de estas entidades de población han hecho de la forma vasca de su nombre la única oficial (Bizkaia es un ejemplo claro). Se trata de un caso análogo a los países antes mencionados: si hemos abandonado Ceilán por Sri Lanka, siendo además un país extranjero, ¿no sería algo equivalente abandonar Vizcaya por Bizkaia, e igualmente con el resto de casos?

La RAE, como sabemos, aconseja emplear los exónimos (las formas castellanas) excepto en textos oficiales cuando los endónimos (las formas en la lengua original) sean las únicas formas oficiales (ver el caso de Lérida). Y es cierto que no le faltan motivos. Vizcaya es un nombre con siglos de antigüedad, una herencia cultural de un idioma que ha estado presente en la tierra vasca meridional por muchísimo tiempo, un hermoso fruto del contacto vascorrománico. Perderlo duele (un vascoparlante podría imaginarlo si, por reciprocidad, tuviéramos que renunciar a formas como Madril, Errioxa o la misma Espainia, dado que el criterio sería el mismo).

Por otra parte, es cierto que el criterio de la RAE no está siendo regular, como se denuncia en este artículo.  Se relegan los antiguos exónimos Siam, Ceilán o Angora frente a formas modernas como Tailandia, Sri Lanka o Ankara; sí se mantienen las formas antiguas Birmania o Bielorrusia en vez de las modernas (y solicitadas por los propios países) Myanmar o Belarus, y no se acepta la moderna Beijing, pero también se rechaza el antiguo Pequín, prefiriendo una tercera forma no tradicional como Pekín. Efectivamente, no hay un criterio claro.

En resumen: entiendo que quien use Gernika aún en castellano estará yendo a favor de las indicaciones de la ONU y de las de la propia población: mientras que quien use Guernica estará manteniendo una herencia cultural viva en la lengua castellana. Por ello, considero que no puedo criticar ninguna de las dos posturas; y en lo personal seguiré empleando (como he hecho siempre) unas u otras formas según mi intuición me dicte en cada momento.

Todo esto no agota el debate, en cualquier caso, que sois más que bienvenidos a continuar en los comentarios. Y me declaro expresamente abierto a cambiar de opinión, si alguien consigue convencerme.

Créditos y ofrecimientos

Dos detalles sobre el blog. Primero, hay que agradecer el diseño de este nuevo Roble a Erika Aguilar «Tajuru», y recordar que la inspiración inicial para la creación de un blog de este estilo provino de Mikel Ortiz de Etxebarria.

Y en segundo lugar, una pregunta al respetable: ¿qué temas os interesaría que se trataran aquí? ¿Qué aspectos de la historia, cultura o política vasca os interesa más? Mencionadlo en los comentarios, y veremos lo que se puede hacer.